27 octubre 2010
Gente increíble
En el vídeo se ha colado algún que otro fake, pero el resto son simplemente espectaculares. Leer más...
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Vídeos
23 octubre 2010
Chiste - cita
"¿Por qué nos alegramos en las bodas y nos entristecemos en los velorios? Porque no somos la persona involucrada."
TWAIN, Mark
Escritor estadounidense. Leer más...
TWAIN, Mark
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Citas y refranes
22 octubre 2010
Citas y refranes
"La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, nininguno tan pobre que se vea necesitado de venderse."
ROUSSEAU, Jean-Jacques
Filósofo y botánico francés. Leer más...
ROUSSEAU, Jean-Jacques
Filósofo y botánico francés. Leer más...
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Citas y refranes
17 octubre 2010
Informático náufrago
Un informático de toda la vida decidió por fin tomarse unas vacaciones.
Hizo una reserva para un crucero por el Caribe y se dispuso a pasar la mejor época de su vida... por el momento.
De forma inesperada, se formó un tifón que hizo naufragar el barco en pocos minutos.
Cuando el hombre volvió en sí, se encontró en una playa sin nadie a su alrededor, ni víveres ni nada que no fueran plátanos y cocos. Acostumbrado a la vida en centros de cálculo, este hombre no tenía ni idea de qué hacer. Se pasó los siguientes cuatro meses odiando los plátanos, bebiendo coco, añorando su vida pasada y fijando su mirada en el horizonte en busca de un barco que viniera a rescatarle.
Un día estaba tumbado en la arena cuando percibió por el rabillo del ojo algo que se movía. Era un bote de remos y en él iba la mujer más hermosa que había visto jamás.
Ella llegó remando hasta él, quien preguntó asombrado:
-"¿De dónde has venido?, ¿cómo has llegado hasta aquí?".
-"Vengo remando desde el otro lado de la isla. Vine a parar aquí cuando mi barco se hundió", respondió ella.
-"Asombroso", dijo él. "No sabía que hubiera habido más supervivientes.
¿Cuántos sois? Habéis tenido mucha suerte de que la mar arrojara a vuestra playa esta barca de remos".
-"Estoy yo sola", dijo la mujer. "Y la mar no llevó esta barca a la playa, ni nada de nada".
Él estaba confuso y preguntó:
-"Entonces, ¿cómo has conseguido la barca?".
-"Es fácil", repuso la mujer. "Yo misma hice la barca de materiales que he ido encontrando por la isla. Los remos están hechos con troncos de árboles de caucho, el fondo lo tejí con ramas de palmera, y los laterales y la popa está hechos de madera de eucalipto".
-"Pe..pe..pero eso es imposible", tartamudeó el hombre. "No tienes herramientas, ¿cómo has podido hacerlo?".
-"¡Ah! No ha habido ningún problema en eso," replicó la mujer. "Al sur de la isla hay unos estratos poco comunes de roca aluvial. Me di cuenta de que si lo calentaba al sol hasta una cierta temperatura, podía obtener una especie de hierro bastante dúctil. Lo utilicé para hacer algunas herramientas y, con ellas, el resto del material que necesitaba. Pero basta ya de hablar de estas cosas.
-"¿Dónde vives?".
Bastante avergonzado, el hombre contestó que había estado durmiendo en la, playa todo el tiempo.
-"Bien", dijo ella. "Ven conmigo a la barca y vayamos donde yo vivo".
Después de unos pocos minutos remando, ella atracó el bote en un pequeño embarcadero.
El hombre miraba el lugar al que habían llegado. Delante de él, se abría un camino de piedras que conducía a un pequeño bungalow pintado de azul y blanco. Mientras la mujer amarraba el bote con una cuerda tejida en cáñamo, el hombre solamente era capaz de permanecer de pie mirándolo todo como atontado. Mientras caminaba hacia el interior de la casa, ella dijo de modo informal:
-"No es gran cosa, pero yo le llamo mi casa. Siéntate por favor, ¿te apetece beber algo?".
-"No, no gracias", dijo él todavía aturdido. "Soy incapaz de beber una gota más de zumo de coco".
-"No, no es zumo de coco", replicó la mujer. "Tengo varios refrescos, ¿Qué tal una piña colada?".
Tratando de esconder su continua y creciente vergüenza, el hombre aceptó y ambos se sentaron en el sofá a charlar. Después de que hubieran intercambiado sus historias, la mujer dijo:
-"Si no te importa, voy a ponerme algo más cómoda. ¿Te gustaría darte una ducha y un afeitado? Hay una maquinilla de afeitar arriba en el armario del cuarto de baño".
Sin preguntar nada más, el hombre fue al baño. En el armario había una maquinilla hecha de hueso tallado. Dos conchas afiladas se ajustaban a presión a ambos lados de un eje en cuyo extremo había engarzado un mecanismo giratorio.
-"¡Esta mujer es increíble!, exclamó el hombre. "¿Con qué me sorprenderá la próxima vez?".
Cuando él volvió, se encontró que la mujer llevaba como único atuendo unas hojas de parra estratégicamente situadas y un intenso aroma a magnolias.
Ella le hizo señas con la mano para que se sentara a su lado.
-"Dime", comenzó a musitarle con voz sugerente mientras se sentaba más cerca
de él. "Hemos estado aquí durante mucho tiempo. Te habrás sentido muy solo. Estoy segura de que hay algo que realmente te gustaría hacer ahora, algo que has estado añorando durante todos estos meses. ¿Verdad...?", dijo mirándole a los ojos directamente.
Él no podía creer lo que estaba oyendo y dijo:
-"No me digas que puedo leer desde aquí mi correo electrónico..."
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Hizo una reserva para un crucero por el Caribe y se dispuso a pasar la mejor época de su vida... por el momento.
De forma inesperada, se formó un tifón que hizo naufragar el barco en pocos minutos.
Cuando el hombre volvió en sí, se encontró en una playa sin nadie a su alrededor, ni víveres ni nada que no fueran plátanos y cocos. Acostumbrado a la vida en centros de cálculo, este hombre no tenía ni idea de qué hacer. Se pasó los siguientes cuatro meses odiando los plátanos, bebiendo coco, añorando su vida pasada y fijando su mirada en el horizonte en busca de un barco que viniera a rescatarle.
Un día estaba tumbado en la arena cuando percibió por el rabillo del ojo algo que se movía. Era un bote de remos y en él iba la mujer más hermosa que había visto jamás.
Ella llegó remando hasta él, quien preguntó asombrado:
-"¿De dónde has venido?, ¿cómo has llegado hasta aquí?".
-"Vengo remando desde el otro lado de la isla. Vine a parar aquí cuando mi barco se hundió", respondió ella.
-"Asombroso", dijo él. "No sabía que hubiera habido más supervivientes.
¿Cuántos sois? Habéis tenido mucha suerte de que la mar arrojara a vuestra playa esta barca de remos".
-"Estoy yo sola", dijo la mujer. "Y la mar no llevó esta barca a la playa, ni nada de nada".
Él estaba confuso y preguntó:
-"Entonces, ¿cómo has conseguido la barca?".
-"Es fácil", repuso la mujer. "Yo misma hice la barca de materiales que he ido encontrando por la isla. Los remos están hechos con troncos de árboles de caucho, el fondo lo tejí con ramas de palmera, y los laterales y la popa está hechos de madera de eucalipto".
-"Pe..pe..pero eso es imposible", tartamudeó el hombre. "No tienes herramientas, ¿cómo has podido hacerlo?".
-"¡Ah! No ha habido ningún problema en eso," replicó la mujer. "Al sur de la isla hay unos estratos poco comunes de roca aluvial. Me di cuenta de que si lo calentaba al sol hasta una cierta temperatura, podía obtener una especie de hierro bastante dúctil. Lo utilicé para hacer algunas herramientas y, con ellas, el resto del material que necesitaba. Pero basta ya de hablar de estas cosas.
-"¿Dónde vives?".
Bastante avergonzado, el hombre contestó que había estado durmiendo en la, playa todo el tiempo.
-"Bien", dijo ella. "Ven conmigo a la barca y vayamos donde yo vivo".
Después de unos pocos minutos remando, ella atracó el bote en un pequeño embarcadero.
El hombre miraba el lugar al que habían llegado. Delante de él, se abría un camino de piedras que conducía a un pequeño bungalow pintado de azul y blanco. Mientras la mujer amarraba el bote con una cuerda tejida en cáñamo, el hombre solamente era capaz de permanecer de pie mirándolo todo como atontado. Mientras caminaba hacia el interior de la casa, ella dijo de modo informal:
-"No es gran cosa, pero yo le llamo mi casa. Siéntate por favor, ¿te apetece beber algo?".
-"No, no gracias", dijo él todavía aturdido. "Soy incapaz de beber una gota más de zumo de coco".
-"No, no es zumo de coco", replicó la mujer. "Tengo varios refrescos, ¿Qué tal una piña colada?".
Tratando de esconder su continua y creciente vergüenza, el hombre aceptó y ambos se sentaron en el sofá a charlar. Después de que hubieran intercambiado sus historias, la mujer dijo:
-"Si no te importa, voy a ponerme algo más cómoda. ¿Te gustaría darte una ducha y un afeitado? Hay una maquinilla de afeitar arriba en el armario del cuarto de baño".
Sin preguntar nada más, el hombre fue al baño. En el armario había una maquinilla hecha de hueso tallado. Dos conchas afiladas se ajustaban a presión a ambos lados de un eje en cuyo extremo había engarzado un mecanismo giratorio.
-"¡Esta mujer es increíble!, exclamó el hombre. "¿Con qué me sorprenderá la próxima vez?".
Cuando él volvió, se encontró que la mujer llevaba como único atuendo unas hojas de parra estratégicamente situadas y un intenso aroma a magnolias.
Ella le hizo señas con la mano para que se sentara a su lado.
-"Dime", comenzó a musitarle con voz sugerente mientras se sentaba más cerca
de él. "Hemos estado aquí durante mucho tiempo. Te habrás sentido muy solo. Estoy segura de que hay algo que realmente te gustaría hacer ahora, algo que has estado añorando durante todos estos meses. ¿Verdad...?", dijo mirándole a los ojos directamente.
Él no podía creer lo que estaba oyendo y dijo:
-"No me digas que puedo leer desde aquí mi correo electrónico..."
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Chistes
16 octubre 2010
Contribuyendo al mundo
"Tanto los optimistas como los pesimistas contribuyen a la sociedad. El optimista inventa el avión, el pesimista el paracaídas."
George Bernard Shaw
Visto en Microsirevos. Leer más...
George Bernard Shaw
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Citas y refranes
14 octubre 2010
Síndrome Belén Esteban
A continuación os pongo una carta de una profesora a un periódico, donde muestra como ese personaje televisivo afecta a la parte de la sociedad tan importante como son los niños.
El síndrome Belén Esteban
Como profesora, las preguntas de los alumnos que más me cuesta responder convincentemente son sobre por qué hay que estudiar cosas que a ellos les parecen inútiles o absurdas, como la Historia o la Geografía. Yo tengo claro qué me aportan a mí, pero de todas las razones que hay para estudiar estas cosas, yo les hago hincapié en lo necesarias que son estas disciplinas para comprender el mundo en el que viven: las coordenadas de espacio y tiempo, que al fin y al cabo son las que tratan la Geografía y la Historia, nos ayudan a conocer el sitio que ocupamos en el mundo y a comprender de dónde vienen todas nuestras realidades. Que todo eso les puede parecer ajeno y absurdo, pero que muchas de las cosas que estudian tienen que ver con su vida real y que, quieran o no, les afectan.
Por ejemplo, ¿quieres saber por qué tienes a tu lado a un compañero que viene de Ecuador? ¿por qué habla el mismo idioma que tú? ¿quieres entender por qué un señor, por nacer con el apellido Borbón, va a ser "rey" y el Estado Español le va a dar mucha pasta (que vendrá de los impuestos que tú pagues de mayor)? ¿por qué lo que digan unos señores europeos en Bruselas va a repercutir - y mucho - en tu vida? Todo eso es geografía. Todo eso es Historia.
Algunos entienden qué quiero decir, otros no. Yo no llevo mal las preguntas, las protestas... son críos. Es normal. Donde me desarman del todo y me dejan sin respuestas es cuando me dicen que todo eso les da igual. Que para qué quieren saber dónde está Marruecos, si no van a ir nunca. Para qué conocer el tipo de elecciones que hay en España, si ellos no tienen la intención de votar jamás. Que les resbala que haya una guerra en Irak, que media África se esté muriendo de hambre o que la Unión Europea diga "bla". Si ni siquiera les interesa eso, imaginaos lo complicado que me resulta hacer que se interesen por lo que hacían señores de hace cinco siglos, por muy apasionante que yo intente pintarlo.
Y, lo que llevo peor con diferencia, es esa actitud de orgullo con el que exhiben su ignorancia y su cortedad de miras. Esa actitud de "no sirve para nada, no me interesa. Eso que cuentas y a lo que dedicas tu vida es una mierda. Yo quiero jugar a la Play/ irme de compras al Centro Comercial y ya". La tienen conmigo, que enseño Historia, pero también con los profes de lengua, de biología, de matemáticas. El desprecio por los libros, por el Arte, por la Cultura, por las Ciencias... no es algo tan raro, y puede conmigo.
Últimamente esa actitud está más de moda que nunca. Tenemos una perfecta encarnación en la dichosa Belén Esteban, que no sabe nada, no quiere saber nada y se jacta de ello. La mala educación, la zafiedad y la ignorancia puestos en un pedestal día tras día. Todo el mundo la aplaude porque ella es "auténtica" (signifique lo que signifique eso). Conozco a mucha gente a la que le gusta ver a la Esteban y es curioso, porque hay toda clase de personas entre su público. Entre ellos, los que más me llaman la atención son dos tipos: la gente que tiene (o cree que tiene) más educación que ella y la ve como un divertimento, incluso algunos como un consuelo (yo soy mejor que ella), o los que son como ella, que han visto como la ignorancia y la mala educación también te pueden hacer triunfar en la vida y que hay que sentirse orgulloso de ello. Eso me da miedo: que se extienda y que sirva de ejemplo a más bobos, que opinen que el no saber nada es estupendo. Que el presumir de ser zafio e inculto se convierta en políticamente correcto y sea bien visto.
"Eh, que yo no quiero ayuda de nadie, que no necesito ayuda, leche" dice la Esteban en un momento de estos cuatro minutos de despropósitos. "Como yo no he pillado esa revolución -la industrial- tres narices me importa"- un argumento que podría haber empleado uno de mis peores alumnos.
En fin... lo grande es que estoy convencida de que la mayor parte del público (y muchos de los de las mesas) no tenían ni idea de que la chica estaba metiendo la zarpa hasta el fondo y más allá y reían y aplaudían porque lo decía el regidor.
Entendedme: yo no critico a la gente que no sabe. Yo no sé mucho de tantísimas cosas... tampoco creo que tenga que ser motivo de vergüenza el no haber estudiado, el no hablar correctamente o el tener lagunas de conocimiento. Lo que me revienta es la actitud contraria, la exhibición con orgullo de la ignorancia y el menosprecio a cualquier cosa que huela a sapiencia. Me duele el desprecio a la educación, en todos sus sentidos. Me duele... y me da una pena que me muero.
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El síndrome Belén Esteban
Como profesora, las preguntas de los alumnos que más me cuesta responder convincentemente son sobre por qué hay que estudiar cosas que a ellos les parecen inútiles o absurdas, como la Historia o la Geografía. Yo tengo claro qué me aportan a mí, pero de todas las razones que hay para estudiar estas cosas, yo les hago hincapié en lo necesarias que son estas disciplinas para comprender el mundo en el que viven: las coordenadas de espacio y tiempo, que al fin y al cabo son las que tratan la Geografía y la Historia, nos ayudan a conocer el sitio que ocupamos en el mundo y a comprender de dónde vienen todas nuestras realidades. Que todo eso les puede parecer ajeno y absurdo, pero que muchas de las cosas que estudian tienen que ver con su vida real y que, quieran o no, les afectan.
Por ejemplo, ¿quieres saber por qué tienes a tu lado a un compañero que viene de Ecuador? ¿por qué habla el mismo idioma que tú? ¿quieres entender por qué un señor, por nacer con el apellido Borbón, va a ser "rey" y el Estado Español le va a dar mucha pasta (que vendrá de los impuestos que tú pagues de mayor)? ¿por qué lo que digan unos señores europeos en Bruselas va a repercutir - y mucho - en tu vida? Todo eso es geografía. Todo eso es Historia.
Algunos entienden qué quiero decir, otros no. Yo no llevo mal las preguntas, las protestas... son críos. Es normal. Donde me desarman del todo y me dejan sin respuestas es cuando me dicen que todo eso les da igual. Que para qué quieren saber dónde está Marruecos, si no van a ir nunca. Para qué conocer el tipo de elecciones que hay en España, si ellos no tienen la intención de votar jamás. Que les resbala que haya una guerra en Irak, que media África se esté muriendo de hambre o que la Unión Europea diga "bla". Si ni siquiera les interesa eso, imaginaos lo complicado que me resulta hacer que se interesen por lo que hacían señores de hace cinco siglos, por muy apasionante que yo intente pintarlo.
Y, lo que llevo peor con diferencia, es esa actitud de orgullo con el que exhiben su ignorancia y su cortedad de miras. Esa actitud de "no sirve para nada, no me interesa. Eso que cuentas y a lo que dedicas tu vida es una mierda. Yo quiero jugar a la Play/ irme de compras al Centro Comercial y ya". La tienen conmigo, que enseño Historia, pero también con los profes de lengua, de biología, de matemáticas. El desprecio por los libros, por el Arte, por la Cultura, por las Ciencias... no es algo tan raro, y puede conmigo.
Últimamente esa actitud está más de moda que nunca. Tenemos una perfecta encarnación en la dichosa Belén Esteban, que no sabe nada, no quiere saber nada y se jacta de ello. La mala educación, la zafiedad y la ignorancia puestos en un pedestal día tras día. Todo el mundo la aplaude porque ella es "auténtica" (signifique lo que signifique eso). Conozco a mucha gente a la que le gusta ver a la Esteban y es curioso, porque hay toda clase de personas entre su público. Entre ellos, los que más me llaman la atención son dos tipos: la gente que tiene (o cree que tiene) más educación que ella y la ve como un divertimento, incluso algunos como un consuelo (yo soy mejor que ella), o los que son como ella, que han visto como la ignorancia y la mala educación también te pueden hacer triunfar en la vida y que hay que sentirse orgulloso de ello. Eso me da miedo: que se extienda y que sirva de ejemplo a más bobos, que opinen que el no saber nada es estupendo. Que el presumir de ser zafio e inculto se convierta en políticamente correcto y sea bien visto.
"Eh, que yo no quiero ayuda de nadie, que no necesito ayuda, leche" dice la Esteban en un momento de estos cuatro minutos de despropósitos. "Como yo no he pillado esa revolución -la industrial- tres narices me importa"- un argumento que podría haber empleado uno de mis peores alumnos.
En fin... lo grande es que estoy convencida de que la mayor parte del público (y muchos de los de las mesas) no tenían ni idea de que la chica estaba metiendo la zarpa hasta el fondo y más allá y reían y aplaudían porque lo decía el regidor.
Entendedme: yo no critico a la gente que no sabe. Yo no sé mucho de tantísimas cosas... tampoco creo que tenga que ser motivo de vergüenza el no haber estudiado, el no hablar correctamente o el tener lagunas de conocimiento. Lo que me revienta es la actitud contraria, la exhibición con orgullo de la ignorancia y el menosprecio a cualquier cosa que huela a sapiencia. Me duele el desprecio a la educación, en todos sus sentidos. Me duele... y me da una pena que me muero.
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Sociedad
13 octubre 2010
Ken Robinson, Dan Pink y TED TALKS
Hoy repito con Ted Talks, pero además ración doble!
Primero tenemos a Ken Robinson, un fenómeno que habla de como el actual sistema educativo afecta a la creatividad. Vale la pena ver el vídeo íntegro.
Y a continuación, Dan Pink que habla de la motivación en el mundo profesional. ¿Funcionan los incentivos económicos? A priori parece una respuesta fácil, pero resulta que no es para nada obvio. Si quereís saberlo, tendreís que ver el vídeo.
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Primero tenemos a Ken Robinson, un fenómeno que habla de como el actual sistema educativo afecta a la creatividad. Vale la pena ver el vídeo íntegro.
Y a continuación, Dan Pink que habla de la motivación en el mundo profesional. ¿Funcionan los incentivos económicos? A priori parece una respuesta fácil, pero resulta que no es para nada obvio. Si quereís saberlo, tendreís que ver el vídeo.
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12 octubre 2010
04 octubre 2010
03 octubre 2010
Citas y refranes
"El que no se atreve a ser inteligente, se hace político."
JARDIEL PONCELA, Enrique
Dramaturgo y novelista español. Leer más...
JARDIEL PONCELA, Enrique
Dramaturgo y novelista español. Leer más...
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