Cuando te enfrentes a un dilema, simplemente lanza una moneda al aire.
Funciona.
Pero no porque con eso se decida la cuestión, sino porque durante el breve momento en que la moneda está suspedida en el aire, de repente descubres lo que deseas que suceda.
Fuente
Aunque a veces te das cuenta en ese breve momento de que lo que deseas no es lo correcto...
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